El Sargento Roncancio un papá militar que calma la sed de cientos de colombianos llevando agua potable a quienes más la necesitan

Este hombre, hace parte de los cerca de 60 hombres entrenados y preparados, con los que cuenta el Ejército Nacional, para cumplir esta clase de misiones de apoyo humanitario y de infraestructura, para llegar a los lugares más apartados y brindar bienestar a la comunidad.

Hace 39 años, en el Hospital Municipal de Briceño, ubicado en la Provincia de Occidente del departamento de Boyacá, nació Robinson Roncancio Quiñones, hijo de una humilde y trabajadora familia; aprendió desde pequeño los valores del respeto, la solidaridad y de ayudar al prójimo.

Quizás por esos principios inculcados desde la cuna, fue que se inclinó por la carrera militar. Ya hoy completa 22 años como suboficial del Ejército Nacional.  De los cuales, 16 los ha invertido en la realización de obras y proyectos como extracción de agua, construcción de vías y puentes y obras donde el bienestar y la sonrisa de los beneficiarios son la mayor recompensa.


Desde hace 13 años está casado y es papá de Robinson, de 10 años, y Emmanuel, de 6.  Son ellos quienes a diario lo motivan a tener sus sentidos muy agudos y afinados para saber en dónde, con ayuda de un sistema de cables y baterías, hay agua para extraerla y brindarla a quienes más la necesitan.

Es uno de los suboficiales más experimentados y reconocidos en esta admirable labor. Su conocimiento lo ha llevado incluso a países como Ecuador y Costa Rica, donde ha sido instructor para los miembros de la Fuerza Pública de esas dos naciones, quienes tienen como referente a nuestro país en temas de obras de consolidación y apoyo a la población civil.

Ha perforado y construido más de 30 pozos profundos. Cientos de personas han calmado su sed, gracias a ese trabajo que requiere paciencia, y que es silencioso y  muy poco conocido. Pero para él basta con que, por medio de una videollamada, su familia a la distancia le aplauda y lo admire por esa humanitaria labor.

Y es que planear, estudiar y perforar un pozo profundo no es nada fácil. En el mejor de los casos puede tardar hasta 3 meses una obra de estas. Eso sin contar con factores externos como el clima, el estado de las vías de acceso, daños a la maquinaria o dificultades del terreno que pueden en un segundo dañar un trabajo de semanas enteras. Iniciar de cero, con la misma pasión y paciencia, es su secreto cada que ocurre una contingencia de estas.

Con su trabajo ha logrado extraer agua para beneficiar a soldados y poblaciones de la Guajira, Putumayo, Vichada, Quindío, Antioquia, Chocó y Santander. Gracias a ese conocimiento empírico y autodidacta, fue enviado a capacitarse y, actualmente, es tecnólogo en manejo y aprovechamiento de aguas. Ha realizado diferentes cursos y capacitaciones en manejo de maquinaria pesada, planeación de obras civiles y otros conocimientos que lo han hecho un experto en su trabajo, lo que le ha valido varios reconocimientos por parte de los altos mandos del Ejército Nacional.
 

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Sunday, June 26, 2022 By admin