En el marco del Curso de Fuerzas Especiales, uno de los requisitos indispensables que deben cumplir los alumnos es la tradicional Prueba Makú. Este ejercicio táctico, liderado y supervisado por instructores altamente calificados de la escuela, se desarrolla durante 12 horas continuas, en las cuales los participantes enfrentan exigentes desafíos individuales y grupales. Las actividades están diseñadas para evaluar las capacidades físicas, psicológicas y mentales en escenarios de crisis y alta complejidad.
Durante la jornada, los alumnos realizaron salto desde una plataforma de 18 metros de altura, prueba acuática en el Lago de los Comandos, con trote incluido, marcha de 10 kilómetros cargando 20 kilos sobre los hombros, ejercicios de fuerza que consistieron en halar un vehículo pesado a lo largo de 100 metros, prácticas de tiro, y, finalmente, la pista de combate para comandos. Esta última permitió medir el nivel de concentración y autocontrol de los aspirantes que se entrenan para ser certificados y asignados a unidades de operaciones especiales.

A pesar de las altas temperaturas y el agotamiento físico que dejó el ejercicio militar, en los rostros de cada participante se reflejaba la satisfacción del deber cumplido. El esfuerzo, el compromiso y la tenacidad demostrados fortalecen su vocación de servicio y el espíritu de cuerpo con el que avanzan hacia el máximo nivel de entrenamiento militar.
Autor: prensa – Centro Nacional de Entrenamiento - CENAE