El Grupo de Atención Humanitaria al Desmovilizado (GAHD) del Ministerio de Defensa acompaña a quienes deciden dejar las armas y acogerse a los beneficios establecidos por el Gobierno Nacional.
Colombia avanza en su propósito de desmovilización y reintegración de integrantes de grupos criminales con resultados significativos. Durante este gobierno, 450 personas se desmovilizaron. A esto se suman 891 desvinculados y más de 1.800 sometidos a la ley en los últimos 3 años.
Este impulso se refuerza con la Directiva Permanente 18 de 2025, expedida por el Ministerio de Defensa Nacional, que actualiza los incentivos económicos y prioriza un enfoque humano desde el primer momento. Las bonificaciones, que varían – según el rol y la colaboración – incentivan la entrega de menores, la presentación de integrantes, la entrega de material de guerra y el suministro de información útil. Los pagos oscilan desde 2.5 salarios mínimos legales mensuales por la desvinculación de un menor, hasta 280 para la presentación de un cabecilla principal, además de recompensas por hallazgos como laboratorios, campos minados o dinero ilegal.
La directiva introduce también los ‘Hogares de Paz’, espacios donde durante 90 días los desmovilizados y sus familias reciben asistencia, alimentación y apoyo psicosocial, mientras se recopila información y se planifica su reintegración. En este proceso, la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) participa garantizando atención integral, acceso a educación formal, formación laboral y capital semilla para proyectos productivos, en coordinación con autoridades locales y la Fuerza Pública.
Persisten retos: la estigmatización laboral y la alta vulnerabilidad en seguridad. No obstante, los indicadores muestran avances sostenidos: el 93% de los beneficiarios supera sus afectaciones emocionales y el 82% vence el analfabetismo. “Si no transformamos el territorio, no va a poder haber seguridad”, ha reiterado el ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, destacando que la paz se construye con el compromiso del Estado, el sector privado y la sociedad.
Con incentivos y acompañamiento integral, cada persona que deja las armas no solo rompe con la violencia: abre un camino hacia una vida digna y en paz.
**Datos a octubre de 2025*
*_A los ocho años por el ‘Clan del Golfo’, ‘Sofía’ encontró en el sometimiento una nueva oportunidad de vida…_*
‘Sofía’ tenía ocho años cuando fue engañada para ingresar al ‘Clan del Golfo’. Le prometieron dinero y protección, pero encontró solo abuso, miedo y violencia. “Todo eso que le dicen es mentira. Allá uno sale o es volado o muerto. A los doce años, me pusieron a torturar una persona…, solo porque no quería pagar unas vacunas” recuerda.
Tras ser víctima de violación y presenciar tortura, “a mí me violaron porque un comandante quería y yo no quería nada con él; me cogió a la fuerza. Me violó porque quería, porque sí, porque ellos son los que mandan…” fue así como ‘Sofía’ decidió escapar para salvar su vida y la de su hijo, “pensé en el futuro de él porque es un niño que no tiene la culpa de vivir lo que yo viví” sostiene ‘Sofía’.
*_Una nueva vida…_*
“No vayan por la plata, ni por nada, porque la plata no es todo en esta vida y primero es su vida, su familia, porque usted se mete en esos grupos al margen de la ley y los que pagan son la familia”, recalca ‘Sofía’ quien además concluye: “mi invitación es que no caigan en esas trampas, que eso no es realidad”.
‘Sofía’ refleja la fuerza de quienes deciden romper con las cadenas de violencia. Actualmente, con apoyo del Grupo de Atención Humanitaria al Desmovilizado (GAHD) y la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), aprende un oficio y construye un proyecto de vida lejos del miedo y en paz con la sociedad.
Autor: prensa - Ministerio de Defensa