Entre las innumerables cámaras que capturan la esencia de cada momento, encontramos el lente comprometido del Suboficial Primero Edwan Beltrán Luna, un payanés cuya vida ha estado marcada por el enfoque de su cámara y el amor por la patria.
Desde los 15 años, el Suboficial Primero Edwan Beltrán Luna, descubrió una pasión innata por la fotografía. Su deseo de superación lo llevó a estudiar y, en 2005, logró convertirse en productor audiovisual. Sin embargo, el destino tenía otros planes. En 2007, ingresó a la Armada Nacional, convirtiéndose en un Marino de Colombia y cambiando su rumbo para siempre.
A partir de allí, su vida se embarcó en un viaje lleno de emociones, desafíos y experiencias únicas. Con una cámara en mano, Edwan ha sido testigo de eventos históricos y momentos que han dejado una huella indeleble en su vida. Tras haber visto las fragatas misileras de la Armada Nacional solo por televisión, pasó a retratarlas y, por supuesto, a enamorarse de su glorioso ímpetu.
Su profesión y pasión lo llevaron a vivir una experiencia inolvidable al formar parte de la primera tripulación que arribó al ARC Cartagena de Indias, transportando más de 500 toneladas de ayuda humanitaria hasta las lejanas costas de Haití, tras el devastador terremoto de 2010.
En medio del dolor y la tragedia, sus ojos capturaron escenas que no solo quedaron plasmadas en imágenes, sino también en su corazón. “Ver a los niños y jóvenes suplicando por algo de comida, a pesar de no hablar el mismo idioma, fue una de las experiencias más conmovedoras de mi vida. Nunca olvidaré esos rostros, esos ojos llenos de esperanza”, recuerda Edwan.
El lente de su cámara fue testigo no solo de la devastación, sino también del coraje, la hermandad y la solidaridad de los soldados e infantes de marina que formaron parte de esta importante misión. Sus fotografías y videos contaron historias de reconstrucción, de un pueblo unido por el dolor, pero también por la esperanza. Los momentos de desesperación se contrastaban con gestos de humanidad y valentía, reflejando el poder de la cooperación internacional.
A lo largo de su carrera, Edwan ha vivido cientos de experiencias que, a través de su cámara, han llegado a millones de personas. Desde las sonrisas de los niños con cáncer en Solano, Chocó, hasta la majestuosidad de la roca volcánica de Mal Pelo, Edwan ha sido el narrador visual de historias conmovedoras. Con más de 8,000 horas de grabación y participación en más de 60 canales de televisión, ha logrado capturar la esencia de Colombia, un país lleno de contrastes, belleza y esperanza.
"Cada imagen que capturó es un pedazo de historia, una historia que debe ser contada", comenta con humildad. Y no es para menos, ya que sus logros y contribuciones han sido reconocidos con galardones como la Distinción al Mérito de la Presidencia por su labor en Haití, la Medalla Almirante Padilla y la Orden al Mérito Almirante Padilla.
Hoy, después de más de 18 años dedicados a servir a Colombia, el Suboficial Primero Beltrán sigue capturando la realidad de su país desde el Comando Específico de San Andrés y Providencia, donde continúa su labor como productor audiovisual. Además, se ha convertido en instructor de nuevos camarógrafos, transmitiendo su conocimiento a las nuevas generaciones. Para él, no hay mayor satisfacción que ver cómo el amor por la fotografía y el video se transmite de una generación a otra, asegurando que la memoria de Colombia sea preservada con la misma pasión y dedicación que han marcado su carrera.

Edwan Beltrán Luna no es solo un camarógrafo o fotógrafo. Es un testigo del tiempo, un hombre que ha hecho de su cámara una extensión de su corazón, capturando con cada imagen no solo momentos, sino también los sentimientos, las historias y las vidas de aquellos que, en silencio, luchan por un país mejor.
En este Día Internacional de los Camarógrafos y Fotógrafos, resaltamos su labor, recordando que detrás de cada imagen hay una historia que merece ser contada, una historia que, gracias a su lente, nunca se olvidará.
Autor: Comunicaciones Estratégicas COGFM